miércoles, 24 de junio de 2009

ANSE PIDE A LA DELEGACIÓN DEL GOBIERNO Y COMUNIDAD AUTÓNOMA QUE RETIREN LAS EMBARCACIONES ABANDONADAS Y SEMIHUNDIDAS EN EL MAR MENOR.




La Asociación de Naturalistas del Sureste ha remitido escritos al Delegado del Gobierno y Consejero de Agricultura y Agua de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia solicitando la retirada de decenas de embarcaciones que permanecen abandonadas y/o semihundidas en diferentes lugares del Mar Menor.

A lo largo de los últimos meses, numerosos lugares de la ribera del Mar Menor comienzan a estar salpicados por embarcaciones deportivas de diferente tamaño, que han sido empujadas a las orillas por la acción de los temporales y el mismo abandono por sus propietarios. Destacan por su número las localizadas en el entorno de Los Urrutias, además de tres barcos de mediano tamaño que permanecen semihundidos en el entorno del Puerto de Tomás Maestre (se adjuntan fotos).

ANSE considera que ambas administraciones (Estado y Comunidad Autónoma) tienen competencias para actuar sobre estas embarcaciones y proceder a su retirada. En el primer caso aplicando la normativa de costas y navegación, y la segunda como responsable de la gestión de un espacio protegido. La retirada debería de hacerse con urgencia para evitar episodios de contaminación de las aguas principalmente por la pérdida de combustible, ya que algunos de los barcos permanecen varados o semihundidos desde hace meses.

El Mar Menor cuenta con un importante número de puertos deportivos en su interior, en los que están atracadas más de 3.500 embarcaciones de diferentes tamaños, con predominio de las que navegan a motor.

Aunque en numerosas ocasiones se ha apuntado la posibilidad de establecer limitaciones al uso de embarcaciones en la laguna, lo cierto es que no existe ninguna normativa específica destinada a evitar las afecciones negativas que el tránsito de embarcaciones puede tener para el mismo ecosistema lagunar y su flora y fauna acuática.

A pesar de contar con cinco figuras de protección, cuatro internacionales (Humedal Ramsar, Zona Especialmente Protegida de Importancia para el Mediterráneo, Lugar de Importancia Comunitaria y Zona de Especial Protección para las Aves) y una autonómica (Espacio Natural Protegido), la carencia de un Plan de Ordenación de Recursos Naturales o cualquier otra normativa de gestión y/o regulación de usos hace que prácticamente no exista ninguna limitación al uso de embarcaciones en el Mar Menor.

A las embarcaciones atracadas en los puertos del Mar Menor habría que unir las cientos que permanecen fondeadas por decenas de lugares (también en el Canal de Marchamalo), de forma agrupada o dispersa, próximas a la orilla, sin ningún tipo de regulación ni control, a pesar de que se trata de fondeos en muchos casos prácticamente permanentes.

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