La salida de campo a las reservas de ANSE en el espacio protegido de La Muela-Cabo Tiñoso (Cartagena) el día de hoy ha cerrado las actividades incluidas en el IV Congreso de la Naturaleza de la Región de Murcia y I del Sureste de la Península Ibérica, que se inició el pasado miércoles y que se ha desarrollado en el Centro de Medio Ambiente de la CAM en Murcia.
En el Congreso han participado 160 personas, que han conocido el resultado de 115 trabajos de conservación y gestión de la geología, flora y fauna silvestre, de los espacios protegidos, o de la gestión de los recursos naturales entre otros aspectos.
Entre las conclusiones más destacadas del Congreso cabe mencionar:
- Ante las evidencias del proceso de cambio climático, es necesario desarrollar estudios en la naturaleza que nos permitan obtener series largas de datos y una investigación integrada para predecir el efecto del cambio climático atmosférico sobre los ecosistemas semiáridos. Iniciativas como el Observatorio Regional de Cambio Climático han sido un puro ejercicio teórico sin resultados prácticos.
- Se observa una mejora del estado de conservación de diversas especies, algunas de las cuales aprovechan incluso zonas naturalizadas con un hábitat adecuado: así ocurre con anátidas como la malvasía o la cerceta pardilla. Otras como la nutria se han visto favorecidas por la mejora de la calidad de las aguas y la reducción de la persecución directa, y algunas, como la canastera, demuestran que es posible compatibilizar la protección de la naturaleza con el mantenimiento de prácticas agrícolas adecuadas.
- El congreso de la naturaleza constata el reiterado incumplimiento de los compromisos y mandatos legales en materia de conservación y gestión, especialmente de la Estrategia Regional para la Conservación y Uso Sostenible de la Diversidad Biológica. Además, siguen sin aprobarse planes de gestión de espacios naturales ni tampoco de conservación de especies silvestres, ni siquiera de las más amenazadas.
- La naturaleza del Sureste, a pesar de su gran fragilidad, muestra una significativa capacidad de recuperación en aquellas zonas donde la actividad humana ha disminuido o desaparecido (muchas zonas de montaña), pero sigue teniendo graves problemas allí donde la presión se ha incrementado (caso del Mar Menor). Además, diversos espacios protegidos se siguen viendo amenazados por proyectos de gran impacto, como ocurre con el macropuerto de El Gorguel en el litoral de la Sierra de La Fausilla, o la urbanización de Marina de Cope.
- Durante los últimos años se viene produciendo una considerable mejora del conocimiento de la naturaleza del Sureste, y han aumentado los programas de seguimiento de flora y fauna, aunque la mayoría no tienen garantías de continuidad debido a la escasez de presupuestos por parte de las administraciones. Las perspectivas más inmediatas plantean una reducción de fondos destinados a la conservación y gestión del medio natural, lo que puede conllevar la disminución de las ayudas comunitarias para la conservación de la naturaleza o para el mantenimiento de actividades compatibles con la conservación, como es la agricultura.
- Falta información sobre algunos hábitat naturales, entre los que destacan los cañones sumergidos del litoral sur de la Región. Urge la creación de Áreas Marinas Protegidas, que contribuyan a la conservación de la biodiversidad marina, y a la recuperación de los recursos pesqueros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario