
ANSE lleva trabajando en el citado humedal artificial desde 2003 (actividades de ANSE 1, 2 y 3) y viene reclamando su protección desde que se detectó la presencia de anátidas globalmente amenazadas como la malvasía, la cerceta pardilla y el porrón pardo.
La Asociación valora positivamente este paso en la protección del lugar pero advierte que es necesario dotar de figuras reales de protección a este espacio y mejorar la gestión del resto de humedales (lee aquí la nota de prensa).
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